16 de abril de 2013

El primer "copy rigth"


Daniel Pulido

Eran los días de la creación de todo lo existente, gran algarabía y confusión había en las factorías del reino celestial, se laboraba intensamente. Uno de los fabricantes de pájaros, agotado y medio dormido, incurrió en un error de diseño al colocarle a una criatura las alas cerca del estómago, le endilgó un extraño respiradero fuera de la cabeza, olvidó hacerle cuello, ponerle plumas y patas. “¡Mira lo que has hecho!”, le gritó uno de sus compañeros a ver el adefesio.

Como había orden de no matar a nadie, el obrero avergonzado y temeroso acudió donde el jefe para preguntarle qué podían hacer con esta ave, la cual no lograba levantar vuelo ni a una cuarta del suelo y, además, tenía tantas dificultades para respirar. Enojado Dios lo reprendió diciéndole:
 
“Serás por siempre el culpable de haber creado la primera criatura a la cual debemos eliminar”. El obrero se echó a llorar inconsolablemente durante largo tiempo, vertió tantas lágrimas que pronto formó un gran depósito de ellas. Allí decidió dejar a la criatura moribunda. Para su sorpresa ésta recuperó fuerzas y comenzó a saltar, a desplazarse ágilmente, moviendo sus alas con elegancia volaba sumergida entre el depósito líquido. Fue así como se dio inicio a la invención de los seres acuáticos.

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