2 de mayo de 2007

El camino y los pinos de Nikiniki

Tomado de “El Camino y los pinos de Nikiniki”, Ana Rosa Fagoth Muller. En Miskito Tasbaia / La tierra miskita. Adán Silva Mercado y Jens Uwe Korten. Fondo editorial Fondo Nicaragüense de escritores-Asociación noruega de escritores (CNE-ANE), Managua, 1997.

El verdadero nombre del río conocido como Coco o Segovia, es Wangki. Los miskitos le dieron ese nombre al comparar su belleza con el de la flor de color morado encendido de una liana que crece en sus riberas.

Esta es la leyenda del origen de este río y de los pinos que abundan en la región.
En tiempos de nuestros antepasados existió Nikiniki, el dios que al andar hacía temblar la tierra. Nikiniki vivía feliz al noreste de las tierras miskitas. Sucedió que un día se le perdió su hijo y salió en busca de él por los alrededores, llevando consigo las semillas de pino para atraerlo con su olor.

Con su caminar en zig-zag iba pasando, rompiendo un camino curveado y hundido llenándolo de lágrimas; entonces, los habitantes de la región, asustados escucharon su llanto de trueno. El dios del Terremoto, siempre buscado su hijo prosiguió su viaje al este. Como no lo encontrara, al llegar donde hoy se llama Awasbila, comenzó regar las semillas de pino hasta llegar a las orillas del mar.

No pudiendo encontrar al hijo, Nikiniki regresó por el mismo camino que hizo en su andar.

Esta vez regó las semillas más al sur, hasta llegar a Laymus, donde se terminaron las semillas. Nikiniki nunca encontro su hijo y en Laymus murió de tristeza.

De las semillas que regó, nacieron los verdes pinos desde Awasbila hacia el este para llegar cerca del mar. Por el suroeste, hasta llegar a Laymus. Y de las lágrimas derramadas y del camino que hizo con su andar, surgió un hermoso río que se llama Wangki.

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