3 de febrero de 2012

La foca que se encontró en el Golfo de Fonseca

Tomado del Libro Mitos y Leyendas de El Salvador y Nicaragua. Tomo II.
Autor: Lic. Salvador Guillermo Muñoz.

Hace muchos años en los años 70’s, existía una ruta naviera en el Golfo de Fonseca, que servía al comercio internacional que en esa época existía entre El Salvador y Nicaragua, esta ruta era atendida por dos navíos conocidos como los Ferry(s), que funcionaban transportando carga, pasajeros y vehículos, estas embarcaciones y sus instalaciones portuarias en Nicaragua, eran administradas por la empresa PROMARBLU, propiedad de la familia Somoza de Nicaragua.

Este tipo de transporte era muy seguro y económico, recorría la ruta una vez al día, utilizando los dos navíos que zarpaban al mismo tiempo desde los dos destinos portuarios, mientras uno salía del Puerto de Cutuco, en el departamento de la Unión, en El Salvador, el otro salía del Puerto de Potosí, en el departamento de Chinandega, en Nicaragua, el viaje tardaba entre 6 a 8 horas, dependiendo de las condiciones atmosféricas, de las mareas y de la velocidad del Ferry.

En uno de los viajes del Ferry, los pasajeros observaron muy curiosos y pensativos, a una foca que seguía de cerca a la embarcación, que salió del Puerto de Potosí, esta foca navegaba con unos delfines que la acompañaban en su recorrido, se notaba que era juguetona y alegre, saltaba a la par de los delfines y hacían piruetas en el aire, levantando estelas de espuma blanca en su graciosa caída.

Al final del largo viaje por el golfo, la foca llego sana y salva al Puerto de Cutuco, donde se quedo encantada en las islas ubicadas en la ruta naviera, a esta le gustaba acompañar a los pescadores, quienes la conocieron y se encariñaron con ella, les indicaba donde había bancos de peces, para que tiraran las redes, tal como hacen las mangostas y las nutrias de agua en otros países, también se ha visto pelícanos que señalan a los pescadores donde están los cardúmenes y reciben en premio algunos pescados, producto de la pesca del momento.

La foca fue bautizada con el nombre de “Amiguita”, todas las personas que la conocían le llamaban por su nombre, ella llegaba y aplaudía con sus aletas, se notaba que era muy contenta, le gustaba el calor humano y acompañaba a los pescadores cuando buceaban en busca de ostras o langostas, a quienes avisaba de algún peligro en las cercanías donde estaban pescando, también era muy amiga de los niños, quienes se bañaban con ella en las aguas tranquilas de las playas cercanas, tanto en las islas como en playas negras.

Pasaron varios años, un día notaron la ausencia de la foca, todos la buscaron y la encontraron muerta los pescadores en una cueva cerca del puerto, dieron aviso a la marina del puerto de la Unión, quienes la recogieron y la enviaron por tierra al museo “David J. Guzmán”, para que la disecaran, ahora la foca “Amiguita” es inmortal y se encuentra en exhibición permanente en honor a una foca amigable que llevo alegría y vitalidad al puerto de la Unión.

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