Cuento de Martha
Cecilia Ruiz
Al caer la tarde, Sandra caminó hasta la
orilla, recogió una pieza de lego en forma de salvavidas, la guardó en su
sostén y regresó. Cuando las amigas desde el vaivén de sus hamacas le
preguntaron sobre lo encontrado, no respondió.
La playa estaba tranquila, ellas eran parte
un conjunto armónico del tipo revista de turismo. Todas tuvieron ganas de
contar sus propias historias. Pero cada una pensó que es mejor archivar los
secretos, sin lástima de nadie, ni siquiera de sus mejores amigas. Ninguna
sospechaba que el salvavidas de plástico guardaba sus propios secretos, desde
hacía diez años cuando cayó al mar junto a otras cinco millones de piezas, a
causa de una ola gigante que sacudió al carguero Tokio Express, frente a las costas inglesas.
Del libro "Esta palabra
es nuestra". ANIDE, Managua 2015.-
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