Salvador Guillermo Muñoz
Hace muchos años, en la zona norte de
Jinotega, existió un asentamiento indígena en la aldea de Bocay, esta aldea es
muy pintoresca, tenía agua abundante proveniente de dos ríos, estos están
ubicados hacia el sur de la aldea, donde existía una confluencia de los dos
ríos: siendo el río Bocay y el río Amaka, en aquel tiempo esta aldea no estaba
muy poblada y quedaba colindante con Honduras, siendo una extensa zona
agrícola, donde se cultivaba el maíz y el fríjol, cosechaban mucha fruta
proveniente de los árboles frutales de la zona, estas frutas eran
comercializadas y canjeadas en forma de trueque con habitantes de esas
comarcas.
En la aldea de Bocay, había un
cacique indígena, que tenía la sangre mezclada de Chorotegas y Nicaraos, su
esposa era Hondureña, provenía de una aldea llamada Danlí, del departamento de
Olancho en Honduras, los dos habían procreado una hija de nombre Florcita, era
muy bella y de buenos modales, muy admirada y querida por todos los habitantes
de la aldea, incluyendo los jóvenes que le ofrecían matrimonio, pero no le
agradaba ninguno de ellos, un día su padre le dijo que la había ofrecido en
matrimonio con un cacique importante de la zona de Honduras, que tenía que
casarse en la próxima luna llena, que se preparara, por que tenía todo
arreglado y tenían que dar una dote a su futuro esposo, para que pudiera vivir
sin preocupaciones.
La hija del cacique se sintió
preocupada, por que no conocía el amor verdadero y no quería casarse con
alguien que no quería, ella deseaba ser amada por un príncipe o por una persona
de su misma raza, no hallaba que hacer, un día de tantos se fue a la
confluencia de los ríos, se baño en las aguas cristalinas, donde se encuentran
las dos corrientes de agua, que provienen de la montana, allí conoció a un
joven que le dijo que estaba enamorado de ella, éste era de tez blanca y pelo
amarillo, de inmediato quedo prendada de amor por ese joven, ella le prometió
amor eterno y que nunca se separarían, siguieron viéndose en varias ocasiones,
hasta que ella quedo embarazada y estaba esperando un descendente de ese joven
mancebo, ella muy contenta se fue a darle la buena noticia, llevándole
presentes de oro y plata, para sellar el compromiso, eran muy felices y lucían
muy enamorados, cuando la joven le entrego el tesoro éste joven le prometió
regresar por ella, que iría adonde su familia en la ciudad de Boaco, a preparar
la casita donde vivirían, fue así que se separaron y nunca mas se volvieron a
encontrar.
Ella le contó al cacique de su
desgracia amorosa, éste, muy enojado, la corrió de la aldea, le dijo que la había
deshonrado, que era una mala hija y que por lo tanto no reconocería a su
descendiente, ella salió rumbo al encuentro de los ríos y se tiro a lo profundo
del río, de donde no apareció mas, nadie la volvió a ver, dicen que se ahogó,
lo cierto es que desde esa época aparece un punche o cangrejo color dorado, que
busca alguien que lo atrape, para darle los tesoros escondidos que hay en el
fondo del río.
que horror
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