José Coronel Urtecho
-Pitirre
conoce un nido de chorchitas -decía el diablo.
-Pero
Pitirre no se lo enseña a nadie -decía el niño.
-Sólo
por cinco cigarros -decía el diablo.
-Si
faltan los cigarros me cuerea mí papá -decía el niño.
-Tu papá
anda bebiendo guaro en la Azucena -decía el diablo.
El
niño miraba la gaveta.
-Ya
las chorchitas están emplumadas -decía el diablo.
El
niño se acercaba a la mesa.
-Mañana
empiezan a volar -decía el diablo.
El
niño abría la gaveta.
-Quíen
anda en la gaveta -gritó desde la cocina la mamá.
-Decí
que andás buscando tu cortaplumas -decía el diablo.
-Yo,
mamá, que ando buscando mi cortaplumas -gritó el niño,
metiéndose los cigarros en el bolsillo.
metiéndose los cigarros en el bolsillo.
Pitirre
estaba a la orilla del río.
-¿Qué
estás haciendo? -dijo el niño.
-Nada
-dijo Pitirre.
-Vos
conocés un nido de chorchistas -dijo el niño.
-¿Quién
dice? -dijo Pitirre.
-El
diablo -dijo el niño.
-Mentira
-dijo Pitirre.
-Juralo
-decía el diablo.
-Por
ésta -dijo el niño.
-Ya
juraste en vano -dijo Pitirre.
-Decile
me condeno -decía el diablo.
-Me
condeno -dijo el niño.
-Te
condenás -dijo Pitirre.
-Sacá
un cigarro -decía el diablo.
El
niño sacaba un cigarro.
-Dame
la chiva -dijo Pitirre.
-Si
me enseñás el nido -dijo el niño.
-Pues
no -dijo pitirre.
-Pues
no fumás -dijo el niño.
-Ni
vos -dijo Pitirre.
-Masiemos
que fumo -dijo el niño.
No
tenés fuego -dijo Pitirre.
-Voy
a traer un tizón -dijo el niño.
-Si
me das cinco cigarros te enseño -dijo Pitirre.
-Bueno
-dijo el niño.
-Anda,
trete el tizón -dijo Pitirre.
El
niño no se atrevía a entrar en la cocina.
-En
la cocina está mi mama -decía el niño.
-Llamá
a la Socorrito que te lo saque -decía el diablo.
La
muchachita estaba junto a la puerta de la cocina.
El
niño la llamaba por señas desde largo. La muchacha
lo miraba desconfiada.
lo miraba desconfiada.
-Vení
-dijo el niño.
-¿Qués?
-dijo la Socorrito.
-Vení -dijo el niño.
La
muchachita se le acercaba.
-Andá
treme un tizón a la cocina -dijo el niño.
-Andá
vos -dijo la Socorrito.
-Pegale
-decía el diablo.
-Si
no vas te pego -dijo el niño.
-Para
qué querés tizón? -dijo la Socorrito.
-Para
prender un cigarro -dijo el niño.
-Si
me das uno -dijo la Socorrito.
-Bueno
-dijo el niño.
-A
ver -dijo la Socorrito.
-Andá
primero -dijo el niño.
La
muchachita se iba a traer el tizón a la cocina.
-Te
gusta? -decía el diablo.
-Sí
-decía el niño.
La
muchacha volvía con el tizón.
El
niño cogía el tizón.
-A
ver mi cigarro -dijo la Socorrito.
-Decile
sólo que juguemos a los casados -decía el diablo.
-Sólo
que juguemos a los casados -dijo el niño.
-Dame
primero mi cigarro -dijo la Socorrito.
-Tomalo
-dijo el niño.
El
niño y la muchachita encendían sus cigarrillos con el tizón.
-Vamos
pues a jugar a los casados -dijo la Socorrito.
-Primero
vamos a ver un nido -dijo el niño. Pitirre los
esperaba a la orilla del río.
esperaba a la orilla del río.
-A
ver mis cinco cigarros -dijo Pitirre.
-Tomalos
-dijo el niño.
-Onde
está el nido -dijo la Socorrito.
-¿Cuál
nido? -dijo Pitirre.
-
El nido -dijo el niño.
-Te
engañé, baboso -dijo Pitirre.
El
niño cambiaba de colores.
-¿Son
mentiras -dijo la Socorrito.
-¡
No pues ! -dijo Pitirre.
-A
ver mis cigarros -dijo el niño.
-Tomá
-dijo Pitirre haciéndole la guatusa.
-Mentale
su mama -decía el diablo.
-Tu
mama -dijo el niño.
-La
tuya -dijo Pitirre.
-Decile
tu papa es ladrón -decía el diablo.
-Tu
papa es ladrón -dijo el niño.
-Y
tu papa es picado -dijo Pitirre.
-Más
picado es el tuyo -dijo el niño.
El
niño estaba enfurecido. Pitirre se reía. La muchachita los miraba
al uno y al otro. El niño se contenía para no llorar.
al uno y al otro. El niño se contenía para no llorar.
-Tu
papa le pega a tu mama -dijo Pitirre.
-También
mi papa le pega a mi mama -dijo la Socorrito.
El
niño estaba ciego de rabia.
-Cortalo
con tu cortapluma -decía el diablo.
El
niño estaba sacando su cortapluma. Pero Pitirre era más fuerte,
le arrebataba el cortapluma y le pegaba.
le arrebataba el cortapluma y le pegaba.
El
niño dando gritos corría en busca de su madre.
-Ya
salió llorando -dijo Pitirre.
-Cochón
-dijo la Socorrito.
Cuando
quedaron solos Pitirre y la muchachita, el diablo quedó con ellos,
mirándolos y sonriendo.
mirándolos y sonriendo.
-¿No
tenés nido, pues ? -dijo la Socorrito.
-Tres
tengo -dijo Pitirre.
-Dame
uno -dijo la Socorrito.
-Sólo
que hagamos aquello -dijo Pitirre.
-Primero
dame el nido -dijo la Socorrito.
-Después
-dijo Pitirre.
-Juralo
-dijo la Socorrito.
-Por
esta -dijo Pitirre.
-Bueno
-dijo la Socorrito.
El
diablo nada tenía que decir y se pasaba la lengua por el hocico.
Tenía
sueño y se durmió.
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