8 de abril de 2013

El afilador


Luis Rocha

Cuando llegó a aquel pueblo de tenebrosos silencios y tocó el chiflo inundando el día con su musical sonido, viose de improviso rodeado de todas las mujeres enlutadas que lleváronle sus siempre ávidas lenguas viperinas para recibir el filo con el que, poco después, daríanle muerte.

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