16 de abril de 2013

El pintor


Omar D´León

Y llegó el tiempo en que murieron los que jamás se desnudaron en el arte y seguí pintando. Murieron mis padres y los padres de mis padres y seguí pintando. Se murió mi país y seguí pintando. Se murió el cuñado Roberto Gregory y seguí pintando. Murió mi amigo jardinero-reportero Gézner Cruz y seguí pintando. Murió mi eterna amada musa Melba Debayle III y seguí pintando. Murió la Baronesa Blawasky y seguí pintando. Murió el poeta Beltrán M., la June B., pintora hermana, mi tutor y padre lírico y poeta Quico F. M., mi respetado maestro de pintura Rodrigo P. y seguí pintando. Murió el odio, murió la traición, murió el régimen de los monstruos rojinegros y seguí pintando.

Murió el amor y seguí pintando, murió mi amigo Joe D. y seguí pintando, murieron mis novias, concubinas y modelos y seguí pintando. Murió la pasión y seguí pintando, murió el mundo y seguí pintando, murió la muerte y la inmortalidad y seguí pintando, murió mi corazón y seguí pintando, murió el espacio y el tiempo y seguí pintando. Murieron las cosas y utensilios indomésticos y seguí pintando, murió el Dios que creó el raciocinio y seguí pintando sobre el lienzo solitario... y colorín colorado, este cuento no ha terminado porque aún estoy pinto que pinto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario