Nicasio Urbina
Acusado de
homicidio y abigeato, Asunción Vega fue finalmente detenido una noche de lluvia
torrencial, cuando se disponía a ultimar a un cobarde que se atrevió a desoír
su historia. El juez que entretuvo el caso lo condenó a sesenta años
inconmutables, y desde entonces Asunción Vega no hizo más que pensar en fugarse
de la prisión. Una mañana de febrero logró evadirse del penal dejando a un
centinela muerto. Por años vivió escondido, pasando con nombres falsos,
moviéndose de noche para evitar ser visto, sin poder hacer alarde de sus
fechorías ni dar muestras de valor en las cantinas. Cansado el presidio de la
fuga un día decidió entregarse. Habiendo recobrado su nombre y su identidad,
otra vez se sintió libre.
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